El informe, elaborado a partir de una encuesta realizada a finales de 2020 a 2.081 responsables de empresas familiares de todo el mundo, indica que 6 de cada 10 empresarios españoles contemplaba una caída de sus ventas anuales, mientras que la media mundial no llegaba a 5 de 10. Como respuesta a la crisis impulsada por la pandemia, el 36% de las compañías familiares españolas tuvieron que recortar dividendos, dos puntos más que la media mundial; mientras que el 24%, tres puntos por encima de la tendencia global, recurrió a inyecciones de capital.

La mejora de las capacidades digitales destaca como la prioridad más importante de las empresas familiares en España (59% frente al 52% mundial), donde solo el 14% de las compañías ha finalizado su transformación digital (frente al 19% en todo el mundo).

La sostenibilidad figura como otro de los focos de atención de las compañías españolas de propiedad familiar. En España, el 41% de las empresas familiares cuenta con una estrategia de sostenibilidad definida, por encima de la media mundial, del 37%.

“Las empresas familiares pueden ayudar a hacer recuperar la confianza basada en la competencia y la ética. Pero prosperar en el mundo actual requerirá un cambio de mentalidad, un replanteamiento de sus prioridades y comportamientos, incluyendo una mayor inversión en las herramientas digitales necesarias para la sostenibilidad económica y una nueva definición de legado con respecto a la propia familia y a la sociedad”, señala María Sanchiz, socia responsable del área de Empresa Familiar de PwC España.