La sucesión, el gran reto de la empresa familiar Veinte empresarios participaron en el taller ‘Talento y empresa familiar’ organizado por la asociación gallega

20.10.2018. La empresa familiar tiene ante sí un nuevo escenario al que se tiene que adaptar, marcado por una era digital en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo en el que hay que tomar decisiones. Aspectos como la gestión del talento, la inteligencia emocional y el binomio familia-empresa se perfilan como algunos de los retos más importantes para garantizar el éxito en la sucesión hacia la siguiente generación, que es el reto más importante. Estos son algunos de los temas que se abordaron en el taller de formación Talento y empresa familiar organizado en A Coruña por la Asociación Gallega de la Empresa Familiar (Agef) e impartido por Deloitte, y que contó con la participación de una veintena de empresarios y directivos de las entidades asociadas.

El vicepresidente de Agef, Joaquín Pérez Bellido, presentó las jornadas y destacó la importancia de la sucesión en las empresas familiares para encarar el futuro de las compañías.

Según se extrae del informe Next generation family business Deloitte 2016solo una de cada tres empresas familiares realiza la transición con éxito de una generación a la siguiente. Este dato pone de manifiesto la necesidad de tomar medidas en las compañías de propiedad familiar, como apostar por la gestión del talento dentro de la empresa, una iniciativa que ha dado lugar a nueve tendencias clave por las que velar: el ecosistema laboral, las nuevas recompensas, el salto de carreras a experiencias, el dividendo de la longevidad, la importancia de la ciudadanía y el impacto social, el bienestar, el trinomio inteligencia artificial, robótica y automatización, la hiperconectividad y los datos.

Joaquín Pérez Bellido, vicepresidente de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar, subrayó la importancia de planificar la sucesión

El plan de sucesión: cuanto antes, mejor

Una de las medidas más importantes a tomar en las empresas familiares subrayada en las jornadas es trazar un plan de sucesión con la máxima antelación posible, que contemple alternativas y deseche las expectativas de sucesión no verbalizadas. En este sentido se abordó como prioritario el desarrollo del talento, tanto del que ya existe en la empresa como del que se atrae de fuera, para elaborar un buen plan de transición a la siguiente generación.

El encaje de las personas que trabajan en la empresa en la cultura familiar corporativa es otro de los elementos clave para garantizar el éxito sucesorio, por lo que se hace necesario tomar medidas para asegurarse de que lo que se piensa, lo que se hace y lo que se aparenta estén en armonía. Acciones como dar ejemplo o alinearse con el equipo, tanto los miembros de la familia como los trabajadores externos, son dos maneras de transmitir los valores empresariales a todo el cuerpo de trabajo y avanzar con ellos hacia el futuro.

El 87% de los encuestados por Deloitte consideran muy importante equilibrar la preocupación familiar y los intereses del negocio. Este dato hace necesaria una apuesta adicional por la gestión de las emociones dentro de la empresa familiar, lo cual implica fomentar las habilidades emocionales, tanto con los demás como con uno mismo (autoconciencia, autorregulación ante los impactos que vienen de fuera y motivación por seguir avanzando y mejorando). Las habilidades emocionales se vuelven, en definitiva, indispensables para fomentar el acompañamiento en el día a día de la empresa familiar.

El taller Talento y empresa familiar contó con las experiencias personales de Alfonso Zamorano, de Grupo AZA, y Daniela y Elisabete Simões, de Familia Simões.