“Si a las empresas familiares no les va bien, a Galicia no le puede ir bien”

4 de junio de 2020.

“¡En Galicia no nos queda otra! Si a las empresas familiares no les va bien, a la economía gallega no le puede ir bien”, subraya el catedrático de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo (UVigo), Santiago Lago Peñas. Lago (Vigo, 1971) es coordinador de la Cátedra de Empresa Familiar de la UVigo, director del Foro Económico de Galicia y coordinador del comité de expertos económicos de la Xunta de Galicia para dar una respuesta económica a la crisis del coronavirus, en el que participa la Asociación Gallega de la Empresa Familiar. Sus perspectivas sobre la economía gallega acentúan la importancia del papel de las empresas familiares. Lago aporta un análisis optimista: prevé que 2021 podría ser un año de gran crecimiento económico, pero advierte del riesgo que supondría un segundo confinamiento a finales de este año.

¿Por qué las empresas familiares superan mejor las crisis económicas?

Las empresas familiares tienden a pensar distinto. Tienen una visión de más largo plazo, que pone la supervivencia y la resiliencia por encima de otros objetivos. Por ejemplo, la rentabilidad a corto plazo. También tienen una perspectiva diferente en lo que se refiere a los trabajadores. Su estabilidad y permanencia son un valor que hace que sean más reacias a contratar empleados cuando las cosas están bien, pero también a despedir cuando vienen mal dadas, incluso con un coste en términos de margen empresarial a corto plazo.

¿Qué cree que pasará con las compañías gallegas y la destrucción de empresas por la crisis sanitaria?

Lo primero a destacar es que los escenarios están todavía abiertos. El Foro Económico de Galicia ha dibujado dos escenarios que irían desde el -8.5% hasta el -13%. El confinamiento se llevó casi un mes de PIB y ahora depende de la velocidad a la que volvamos a la normalidad. Las perspectivas en las llamadas fases 1 y 2 son buenas. El gasto aplazado por los hogares se está materializando y hay muchas empresas que están teniendo más demanda de la esperada. Los datos de gasto en tarjetas que maneja BBVA Research para el conjunto de España confirman que en Galicia el efecto es particularmente intenso. Por lo tanto, hay razones para un cierto optimismo, sabiendo que hay ramas productivas y empresas muy afectadas y que están sufriendo mucho.

Y sabiendo también que, si la necesaria recuperación de la confianza de consumidores y empresarios se convierte en un exceso de confianza que nos haga olvidar las normas de salud pública para controlar la pandemia, todo se puede torcer. Un segundo confinamiento en el tercer o cuarto trimestre similar al que padecimos en marzo y abril llevaría a la economía a cerca del -20% en 2020. Todo un aviso a navegantes.

¿Volverán a ser las empresas familiares un motor económico para la recuperación? ¿Cuándo llegará esa recuperación?

¡En Galicia no nos queda otra! Si a las empresas familiares no les va bien, a la economía gallega no le puede ir bien. En ese sentido, la especialización productiva ayuda; la importancia del sector primario y la industria ligada a la alimentación está teniendo un buen comportamiento, en general; nuestro sector de la automoción se está recuperando más rápido que el de otras regiones; nuestro turismo es diferente al de otras partes de España. Ya estamos en fase de recuperación, pero la caída en el primer semestre va a ser tan profunda que tardaremos en volver al punto de partida.

Pongámonos de nuevo en el escenario favorable, en el que el virus no rebrota con fuerza, la gente se adapta a la nueva normalidad y la vacuna llega ya en 2021. El nivel de PIB de 2019 no lo recuperaremos hasta 2022, pero 2021 sería un buen año, de crecimiento muy intenso.

Como coordinador del comité de expertos económicos de la Xunta de Galicia para dar una respuesta económica a la crisis del coronavirus, ¿cuáles son las principales cuestiones que se están poniendo encima de la para salir de esta situación?

Son muchísimas cuestiones en un informe de más de 120 páginas hecho en tiempo récord y en el que ha participado, por cierto muy activamente, el presidente de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar, Víctor Nogueira. Las cuestiones referidas a la liquidez, empleo y ERTEs y solvencia y fortalecimiento financiero ya son públicas y la parte que tiene que ver con la reactivación y la dinamización lo será en cuestión de días. La verdad es que estamos muy satisfechos con el trabajo hecho y la receptividad de la Xunta de Galicia. Confiamos en que el informe sirva para que la crisis sea algo menos dura para todos.

¿Es un buen o un mal síntoma que España sea uno de los países de la Unión Europea que menos ayudas públicas destina directamente al apoyo directo a las empresas y al empleo?

Es verdad que España está poniendo menos recursos públicos que otros para ayudar a salir de la crisis lo más rápido posible. Pero ese es el peaje que tenemos que pagar por tener un déficit público excesivo. Nuestro déficit estructural cerró 2019 en torno al -3%. De los más altos de la Unión Europea. Con una situación equilibrada, ahora tendríamos casi 40.000 millones de euros más de margen para programas de reactivación. Cuando pase todo esto debemos retomar la senda de la consolidación fiscal y asumir la necesidad de equilibrarnos para estar preparados para el futuro.

¿Cómo valora el papel de las  nuevas generaciones de las empresas familiares gallegas en el futuro de la economía en Galicia?

Por supuesto, es un papel fundamental para el futuro y el éxito de sus empresas. Pero voy más allá: son básicas para nuestra economía y nuestra sociedad. Los gallegos somos los primeros responsables de lo que nos pase. Tenemos un elevado grado de autonomía para hacer las cosas bien o menos bien. Depende de nosotros. Yo soy un absoluto convencido de la importancia de que haya estrategias de país discutidas y compartidas por todos o, por lo menos, por una amplia mayoría. Empresas, sindicatos, Xunta, sociedad civil, universidades… Galicia tiene talento en todas partes, pero tenemos que aprovecharlo, tenemos que interconectarlo.

Es fundamental que las nuevas generaciones de empresarios familiares se interrelacionen con los demás actores para construír conjuntamente. En una Galicia más próspera, todos ganamos. Cierto que ya no estamos a la cola en el ránking español. Con un PIB per cápita del 90% tenemos ya casi tantas comunidades por detrás de nosotros como por delante. Pero contamos con potencial y recursos para estar más arriba, para superar el 100% y convertirnos en un territorio rico en España. Y podríamos hacerlo antes de 2030 si estuviésemos dispuestos.